La sociedad, como conjunto de flujos ideológicos netamente humanos, tiene necesidades que considero, son necesidades biológicas. Como la voz en común.
La individualidad de los humanos, su estado de conciencia da libertad de pensamiento, libre albedrío. Sin embargo, las necesidades de la sociedad se apropian de muchas de las necesidades de la individualidad humana, estos elementos son básicos para que la sociedad funcione y pueda sobrevivir como tal.
La sociedad se aprovecha y explota a los individuos para formarse como tal olvidando que son los sueños y los pensamientos de los individuos los que realmente mueven las cosas.
Los individuos mueven, la sociedad establece.
La sociedad supera a la individualidad por la cantidad de convicciones de baja calidad, en cambio la individualidad podrá tener menos convicciones, pero la calidad de estas triplica su importancia.
Lamentablemente la mente humana, en su mayoría, incapaz de sobreponer sus particulares ideales sobre los de "el devenir", se autosomete a la voluntad de la sociedad y de los intereses comunes pensando que de esa forma, podrá, algún día, atender sus sueños, cumplir sus ideales y seguir sus convicciones.
La felicidad del hombre radica en buscar aquello que lo haga feliz.
Somos débiles y por ese motivo nos unimos en sociedad anteponiendo nuestros ideales a los de la voz en común, que más que un ideal, convicción o sueño, parece ser un instinto animal de supervivencia. Algo inferior a nuestras capacidades intelectuales.
Han surgido momentos en la historia donde la humanidad se ha dado cuenta de este defecto, generalmente son los jóvenes los que se dan cuenta de esto, pero el sistema es tan dañino, que los utilizan su causa de protesta como manipulación política o mediática.
No hay comentarios:
Publicar un comentario